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De ANGIE para LUIS ANTONIO
"Haikuquero es
el beso que se entrega
cuando hay querer".
el beso que se entrega
cuando hay querer".
No te quepa la menor duda, Luís, de que en este país, lejos de condenar la corrupción, lo que se busca es subirse al carro.
ResponderEliminar¡Cuidado con las sentencias y los dogmas! Somos muchos los que no nos subiríamos en ningún carro. Por eso tenemos la autoridad moral de denunciarlo y exigir que sean juzgados.
EliminarSaludos
Cierto, Carlos, que muchos condenamos estas prácticas y cualesquiera otra delictiva, pero lo que me descorazona es lo que veo cada día porque me hace pensar que, a pesar de ser muchos, somos aún una minoría muy escueta de los que habitamos este país.
EliminarMe gustaría pensar que lo de subirse al carro no es un pensamiento generalizado...
Eliminarsi los q deben gestionar nuestro dinero se lo llevan......si los mpresarios pagan en negro la horas extras.....si los bancos engañan ancianos con las preferentes....le vas a exigir pagar el iva al fontanero?
ResponderEliminarOjalá todas las corruptelas no sobrepasasen a la del fontanero (y del cliente, claro)
EliminarSi se hiciera buen uso del dinero público habría que cuestionar también al fontanero y similares, ¿eh?
¿Que intentas,justificar, que sirva de atenuante ante las conciencias ?
ResponderEliminarNo sé si el "cuestionamiento socrático" procede en este caso...
EliminarDicen que todos tenemos un precio, Luis Antonio. Y por lo que estamos viendo, no hay forma de estar en el poder y ser honrado, parece que debe de ser algo así como ser tonto en lugar de honrado si puedes lucrarte y no lo haces. El problema es que ser deshonesto se ha convertido en moneda corriente, es tan generalizado que corremos el riesgo de verlo "normal" y aceptarlo tal cual.
ResponderEliminarEstoy con cursos. Muy liada.
Muchos besos, vengo cuando pueda.
Pero los que no tenemos apenas nada que dar a cambio no recibimos oferta alguna. A lo mejor tenemos que vanagloriarnos de ello...
EliminarQue te sea leve todo ese trajín que te llevas...
Muchos besos, Angie
qué duro acerto,
ResponderEliminarno obstante es preciso interrogarnos interiormente
mi saludo para vos
Con harta frecuencia hago públicas en este espacio mis propias interrogaciones...
EliminarSaludos, poeta.
Esta vez mi querido LUIS ANTONIO, lo tengo clarísimo, vamos... segurísimo, todos, absolutamente todos somos o podemos ser corruptos y no me refiero solo a dinero, hay mil millones de formas de corromper y tentar a la gente.
ResponderEliminarUnos con muchísima más facilidad que otros y seguramente unos, con más límites que otros, pero me temo que al final, todos caeríamos. Yo creo que por dinero jamás haría nada de lo que no me sintiera orgullosa, en mi trabajo ni te cuento los tejes manejes que se ven... a veces de hacerte vomitar, por ahí, creo que no me pillarán nunca, pero por otras cosas y en según que circunstancias, no lo sé.
Es como cuando la gente dice que jamás mataría, otra tontería, la vida te pone en situaciones tan impredecibles e impensables que todos los valores, convicciones y principios que en frío tenemos clarísimos desaparecen. He visto casos muy de cerca en el que personas de lo más honorable en situaciones límite, han hecho lo más despreciable. Así que jamás seré yo quien tire la primera piedra contra nadie. Me da pena el desmadre que existe y no disculpo a tanto mangante suelto como nos chupa la sangre, pero... qué sabe nadie lo que haría en la piel de nadie... al menos yo, no lo sé.
Así que... mejor, no me tientes por favor:-)
Muuchos besos de lo más incorruptibles :))
Cada uno se expresa desde su propia experiencia. La tuya no tiene nada que ver con la mía. Te aseguro que si no he caído en corruptela alguna de la que tenga que avergonzarme es porque no ha habido ocasión... Afortunadamente. Es la ventaja de no tener prácticamente nada que vender...
EliminarLos besos me gustan todos. Hasta los deshonestos...Ahí me has pillado.
Quién de nosotros no ha escuchado más de una vez aquello de,si nosotros estuviésemos ahí,haríamos lo mismo.
ResponderEliminarPensarlo duele,toca la fibra moral,ese lugar interno que parece incólume y de pronto se resquebraja,algo así como si se deshilachara el tejido fuerte de las entrañas.
Porque sí...sabemos que es cierto, que de tener la posibilidad de ocupar un elevado puesto en la jerarquía del poder,más que probablemente,incurriríamos en el manejo de los hilos...
Tal vez no tan exageradamente ni de manera tan obscena,pero irremediablemente querríamos ayudar a quienes queremos o sencillamente gozaran de nuestra simpatía y por ende a nuestros bolsillos.
Sin embargo...me niego a creerme incapaz de moralidad alguna, del barriobajerismo descarado de hacer lo que me salga de las narices pisoteando a todo lo que no sea yo y el círculo que me rodea.
Reniego de ser así por mucho que cupiese la posibilidad de que lo fuera. Sólo pensarlo me irrita conmigo misma.
Así que espero no ser poderosa nunca. Prefiero no saber de qué depende mi honestidad.
Besos.
Hay corruptelas que perjudican injustamente a terceros. Esas son inadmisibles en todos los sentidos. Las peligrosas, sin embargo, deben ser las que en apariencia no acarrean daños para nadie...
EliminarSeguramente ser poderoso no ayuda mucho a ser íntegro. Comparto tu deseo..
Besos, Marinel
Todos somos suceptibles de ser tentados, queda en cada uno decidir por una u otra opción.
ResponderEliminarSaludos.
Inapelable, tu aseveración...
EliminarSaludos y gracias.
Hasta ahora, estoy completamente segura de que entro en el primer bloque, pero tal y como van las cosas, es posible que cualquier día me siente a esperar al corruptor de turno. Se hace cansino lo de ser señalada como la tonta de capirote que no aprovecha las "oportunidades".
ResponderEliminarBesos honestos..., por el momento.
A lo mejor te pasa como a mí, que nadie nos ofrece un "duro"... Y por eso y no por otra cosa somos honestos...No sé, no sé...
EliminarLos besos me gustan todos. Con eso no tengo tantos reparos...
Besos por doquier, Narci
A nadie le faltan oportunidades para ser deshonesto, Luis, quizá no nos diera para hacernos multimillonarios, pero sí para añadir algo a la bolsa, o para adornarnos con honores que no nos corresponden, o ganar unos méritos o una estima que no debería ser para nosotros. Nuestra honestidad se pone a prueba más a menudo de lo que nos gustaría, en distintas facetas de la vida, en distintos momentos... pero algunos somos más escrupulosos que otros o somos más fieles a nuestros valores, y se nos tacha de pardillos o de tontos, incluso de engreídos si llega el caso, y lo que es peor, como "somos tontos", llega un momento que no falta quien piensa que se nos puede robar impunemente, (y no me refiero sólo a dinero), evidentemente... y cuando sacas las uñas, se atreven a decirte que entonces no eres tan bueno, pero señor/a digo yo: "jamás me he considerado una santa mártir, pero sí una peronsa honesta, vamos que una cosa es que yo no abastezca mi casa de folios y bolígrafos del centro dodne trabajo y otra que tenga que pagar los folios y los bolígrafos del primer cada dura que se me cruza, por poner un ejemplo muy simple..., lo mismo ocurre con el trabajo propiamente dicho, una coasa es no adjudicarte el esfuerzo de otro y otra muy distinta permitir que otro presente tu esfuerzo como suyo" En fin ,creo que me explico.
EliminarBesitos
Creo haber contestado a esta pregunta alguna vez.
ResponderEliminarMe temo que en esto intervienen dos factores: la manera de pensar (las derechas y sus votantes, tienen un sentido de la ética en este sentido más laxo que las izquierdas) y la edad, los jóvenes están menos dispuestos a dejarse corromper que las personas maduras, porque en ellos aún pueden más los ideales, mientras que en las personas con experiencia los ideales se han ido dejando por el camino, y salvo casos muy especiales, la mayoría de ellos han pasado de vivir como piensan a pensar como viven. La sociedad enferma les ha contagiado y han perdido su antigua virginidad socio-política. Un caso de excepción de estos últimos, lo tenemos en Julio Anguita, ejemplo de honradez (renunció a su derecho a cobrar la pensión vitalicia del Congreso, porque siempre estuvo en contra de los cobros abusivos de los políticos) y de persona consecuente con sus ideas.
También hay que tener en cuenta los diferentes grados de corrupción; no es lo mismo colocar en un puesto a un pariente tuyo, que meter la mano en el dinero público y robar millones a manos llenas con total impunidad. Aquí creo que intervienen los principios éticos y que existe una frontera que una persona con principios no pasaría, mientras que otra sin conciencia ni normas morales, no tiene freno ni muro que se le oponga, porque se considera con derecho a poder hacerlo. ¿No matan de hambre a cientos de miles de niños los especuladores de la bolsa de Chicago de materias básicas, al subir los precios del arroz y del trigo? ¿Piensas que no duermen tranquilos y que les remuerde la conciencia? Pues eso.
RESUMIENDO:
-HAY GENTE HONESTA POR PRINCIPIOS, ABUNDANDO MÁS ENTRE LOS JÓVENES.
-EL PASO DE LOS AÑOS TE PUEDEN CONVERTIR EN CORRUPTO SI SE DA LA OCASIÓN, PERO DEPENDIENDO DE TU ÉTICA Y TU MORALIDAD HASTA UN CIERTO PUNTO.
-ENTRE PERSONAS QUE NO TIENEN PRINCIPIOS ÉTICOS NI MORALES, QUE HAN SUCUMBIDO AL SISTEMA EN QUE VIVIMOS, Y PARA LOS QUE LA AMBICIÓN ES SU ÚNICA META, LA CORRUPCIÓN PUEDE LLEGAR A NO TENER LÍMITES. UNA SOCIEDAD ENFERMA CREA PERSONAS ENFERMAS; LOS MÁS INTEGRADOS Y CONFORMISTAS CON ESA SOCIEDAD SON LOS MÁS ENFERMOS. POSEEN LA MISMA ENFERMEDAD QUE LA SOCIEDAD.
Un abrazo.
Estoy deacuerdo con tigo, muy especialmente en lo de los jóvenes; es más: estoy convencido de que la respuesta definitiva que invierta esta situación tiene que nacer de los jóvenes pero, ¿Por qué no reaccinan?
EliminarTotalmente de acuerdo con todo lo que expones, Carlos. Sólo un reparo: no sé si los jóvenes de ahora son como los que tú piensas. Lamentablemente, no pocos, están muy afectados por el consumismo que se respira en nuestro entorno.
EliminarAgradezco mucho tu aportación ética.
Un fuerte abrazo
Se puede ser honesto por principios y convicciones morales y corromperse. Cualquier afirmación ética exige matices que terminan por variar su contenido. En este caso está el daño. No es lo mismo una persona que saca beneficio de una situación dada sin causar daños a terceros, del que lo hace a sabiendas. Como dice Carlos no todas las corrupciones son iguales ni tampoco la ética a la que se somete cada individuo en cada momento de su vida. La cuestión es conocer las propias limitaciones y no ceder ante la facilidad y la sensación de impunidad. Son las cesiones de la voluntad las que nos acaban venciendo y llevándonos a lugares que nunca creíamos posibles.
ResponderEliminar
EliminarTotalmente de acuerdo con lo que expones, amigo Krapp.
Muchas gracias por la aportación. Enriquecedora, sin duda alguna...
Por eso mismo hay que saber decir que no antes de que llegue la oferta.
ResponderEliminarDecir que no y hacer oídos sordos... Por si acaso.
EliminarDe momento me considero honesta por convincción y principios.Pero...nunca se sabe lo que nos puede deparar la vida que al fín y al cabo es un hipótesis.-Lo que hoy se considera moral dentro de X puede ser corruptela y a la inversa...Pero sí que hay algo dentro de cada individuo que son los escrúpulos y creo que segun los escrúpulos que cada uno tenga ante la sin razón; puede actuar con honestidad y justicia.
ResponderEliminar-Si en esta honestidad depende la vida de quien es muy importante para tí pues...
-En corruptelas política ahí la cosa es distinta...
-En lucrarse sin miramientos eto tiene tela...
Yo creo que segun la ambición y las metas que quieras ir cumpliendo en tu vida .Hay quien prefiero tirar por el camino de enmedio y ahí no hay honestidad que valga.Y otros con poco se conforman.
Ufff para ir con el tiempo amarrado a un pañuelo me he enrrollado
Feliz semana .abrazos.
Como bien dices hay distintos grados de corrupción y de circunstancias. Pero todo tiene un límite y en eso se fundamenta la diferencia... Hay ambiciones desmedidas y muchos que se conforman con lo que tienen. Estos, sin duda, son los más felices...
EliminarUn abrazo
Yo conozco muchos corruptos. Muchos. Lo que pasa es que muchos no son famosos. Ni políticos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos conocemos a corruptos. Deberíamos denunciar, como mínimo, a los que hacen daño a terceros... Pero nuestro silencio nos hace cómplices...
EliminarUn abrazo, Miguel
Estoy convencido de que las personas honradas existen, a carta cabal, tanto en el ámbito de la izquierda como en el de la derecha, del mismo modo que la corrupción tampoco hace distingos ideológicos. Hay gente honesta en nuestro mundo, gente incorruptible, personas que saben lo que es la dignidad y la cultivan. Sería tremendo pensar que basta el señuelo de la coima para doblegar de manera generalizada la honestidad de los individuos. Nunca podremos saber lo que ese grupo de gentes honradas representan en un mundo tan amenazado por la corruptela. Pero, aunque solo sea por la necesidad de sobrevivir en un contexto de desconfianza y sospecha, necesitamos seguir pensando que la honestidad existe. Un abrazo, Luis
ResponderEliminarSi no tuviéramos la convicción de que existen personas de esa guisa, la vida no tendría sentido. Personalmente participo de tu misma convicción. Lástima, sin embargo, que los más notorios en el mundo en que vivimos sean los corruptos y sinvergüenzas...
EliminarUn abrazo, amigo Fernando.