YUJA WANG, te estoy esperando…

Cuento los días que faltan para asistir al concierto de  Yuja Wang en el Auditori de Barcelona.  Hasta la cita de mayo la espera se  me puede hacer eterna… Con sus 26 años recién cumplidos, Yuja Wang, uno de los grandes talentos al piano de nuestros días, acaba de permitirse el lujo de declinar la primera oferta que recibe como solista por parte de la Filarmónica de Berlín porque el repertorio propuesto no es de su agrado. Yuja Wang, sin embargo, acostumbra a ser noticia con harta frecuencia más por la imagen de chica moderna que transmite que por el virtuosismo pianístico que la caracteriza. Yuja Wang viste conjuntos modernos cortos… Demasiado extremados para según quiénes… Amplio eco tuvo su vestimenta,  no usual por esos pagos,  cuando se presentó en el Hollywood Bowl de Los Angeles a tocar el Concierto para piano y orquesta nº 3 de Rachmaninov con esta imagen:

No vestir de largo es perder elegancia y donaire dicen algunos. Generalmente son….algunas. Yuja lo tiene muy claro: “Considero más ridículo parecer una chica del siglo XVIII que una persona moderna”…

El objetivo de esta entrada, como habrá podido comprobar el agudo lector, no es tanto tratar de su talento pianístico, harto conocido, como de toda esa aureola de chica moderna que la acompaña y que tanto “choca” a ciertas personas ancladas en la más rancia de las tradiciones.

A mí, sin embargo, esta imagen fresca y moderna que transmite todavía acrecienta más, si cabe, la veneración que profeso por esta pianista. Y no tengo reparo alguno en reconocer que, como tantos,  también soy víctima propiciatoria de las apariencias. Tengo la convicción de que esta pianista, con mi edad y con un vestido de corte dieciochesco, como mandan los cánones, no haría tan ansiosa la espera que ahora me embarga...