Hay
opiniones para todos los gustos. Unos dicen que nuestras palabras y expresiones
son un reflejo de nosotros mismos. Otros piensan que lo que realmente nos
define son nuestros actos.
Luis de Góngora expresó estas ideas con una plausible
economía de léxico:
“Las palabras,
cera;
las obras,
acero”
Aunque podamos discrepar de lo que dicen y hacen, la
verdad es que aquellas personas que logran la coherencia entre lo uno y lo otro son
dignas de respeto y consideración. Lástima que escaseen tanto...
En el mundo de la educación familiar y escolar pecamos de esta ausencia personal de
integridad y coherencia. Predicamos lo que debe hacerse con la convicción de
que así debe ser, pero la ejemplaridad con harta frecuencia brilla por su
ausencia. Esto es especialmente tangible en el ámbito familiar. Y luego nos
lamentamos de la escasa proyección de nuestros principios, normas y
recomendaciones...
Cuando manifestamos nuestras emociones podemos optar por
una formulación eminentemente positiva o negativa. La inmensa mayoría no se
plantea la trascendencia que tiene elegir una u otra senda...Cada uno es como
es y sus acciones y decisiones dependen de sus circunstancias, pero lo que sí
tengo claro es que es poco inteligente juzgar o decir lo que habríamos hecho de
estar en el lugar de otro. Y más penosa resulta, si cabe, la comparación. Ni
estamos en la misma circunstancia ni somos la misma persona.
Siento auténtica veneración por las personas que realizan
críticas constructivas, respetuosas, comprensivas, que tienen empatía y elevada autoestima. Son capaces de consolar
y de animar con palabras estimulantes.
Como las personas íntegras a las que me refería antes, éstas tampoco abundan
mucho. La intolerancia, el pesimismo y la negatividad imperan. Es cierto que las circunstancias actuales pueden hallarse en la raaíz de las mismas, pero a veces pienso que también están... de moda.
Quizás no está en nuestro ánimo ni en nuestra capacidad
optar por la coherencia y la vía positiva, pero sí está a nuestro alcance, creo, reflexionar
sobre lo que dice este hermoso proverbio árabe:
“Si lo que vas a
decir
no es más bello
que el silencio,
no lo digas”
Absolutely. O el conocido refrán: "Obras son amores.... ". He comprobado por activa y por pasiva, que tiempo de sobra he tenido, el peor que mediocre estado general de nuestra sociedad, en términos generales, pero hay que seguir luchando por mejorarla, aunque a veces el desánimo puede ser enorme y los temores rampantes. Bs.
ResponderEliminarObras son amores...pero seguimos juzgando a la gente más por lo que dice que por lo que hace, ¿no?
EliminarUn abrazo, emejota
Esto es una verdad como un templo. El mundo está ahí para mejorarlo, y no para empeorarlo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin embargo, impera el pesimismo, el fatalismo y la pasividad...
EliminarUn abrazo
Si me permites una pequeña introducción lo que falla de verdad es la falta de respeto por lo que hace cada cual.Y eso lo ves tú y los que nos dedicamos a este bello mundo de la enseñanza ,el que enseña y segun que criterios esta evaluado segun los títulos.El otro día sin ir más lejos la profesora de francés venía compugida y era porqué un alumno le había comentado que su padre consideraba que la asignatura no era importante...Ella le replico que si acaso se podía decir eso cuando tenía suspensas lengua y matemáticas...El respeto por la persona sea de la condición que sea y que conste que esto se aprende en las casas donde se forma y esas idéas de que si eres de esta profesión eres un tal y un cual: seamos más respetuosos...y el respeto comienza por uno mísmo no cabe duda.
ResponderEliminarUn abrazo feliz fin de semana.
Lamentablemente muchas familias entorpecen la labor docente desautorizándola delante de sus hijos... Sé de profesores/tutores que tienen más problema con algunas familias que con sus hijos...
EliminarUn abrazo, Bertha
...compungida
ResponderEliminarBellísimas palabras, como de costumbre, sinceras, sentidas y certeras, mi querido caballero español. Tengo mucho que aprender de esto todavía...
ResponderEliminarEn esta oportunidad, haré caso omiso.
Me llevo la cita al jarrito, con tu permiso y el debido debido crédito.
¡GRACIAS!
Un abrazo.
Fer
Gracias a ti, Fer.
EliminarEres una persona muy agradecida y gentil.
De las que no abundan...No cambies.
Besos
Es cierto, a veces es mejor quedarse callado. Y últimamente siempre se habla del mismo tema. Es mejor no hablar, o como mucho hablar del tiempo q es de lo q se habla cuando no se sabe qué decir.
ResponderEliminarBesoss
Yo solo hablo del tiempo en el ascensor. A mi pesar...
EliminarMe alegra muchísimo saber de ti, Vanessa.
La crisis y el tiempo son temas recurrentes que llegan a hastiar, pero es lo que hay...
Besos
Vaya, creo que, por primera vez, un proverbio árabe se me queda corto...
ResponderEliminar¿De qué silencio estamos hablando...? Creo que hay muchos tipos de silencio...
Silencio placentero... silencio relajante... silencio deseado...silencio compartido...silencio impuesto...silencio jodido...silencio angustioso...silencio doloroso...silencio elegido...silencio cargado de soledad...silencio ensordecedor...silencio, silencio... ¡¡Hay un sinfín de silencios...!!
Creo que hay palabras que merecen la pena ser pronunciadas con tal de romper un silencio no deseado y, mucho más, un silencio IMPUESTO...
Un beso, Luis
Eva, agradezco muchísimo tu primera incursión en este espacio. Espero y deseo que no sea la última.
EliminarDifícil interpretar el significado del silencio, habiendo tantos como tú citas y los que quizás falten. Cada uno es dueño de su propio silencio. Dicen...
Los silencios, igual que las palabras, pueden ser o no oportunos. El emisor de unos y otros tiene la responsabilidad de optar. Sus razones o sinrazones tendrá. El receptor también está en su derecho de interpretar lo que le venga en gana...Eso es la comunicación: grandeza y también, pesar...
Besos, Eva
Creo que las persona somos un todo de hechos y palabras. Yo más que nadie abuso de ellas, aun cuando debiera, me cuesta horrores quedarme callada, pero te aseguro que me esfuerzo horrores por no hacer daño, ni hundir con ellas a nadie, si lo hago sin querer, la que me quedo hundida soy yo cuando me doy cuenta.
ResponderEliminarJamás juzgo lo que desconozco y aun conociendo suelo dejar mucho margen a la duda. Siempre hay circunstancias que se nos escapan e igual que quiero que sean tolerantes conmigo intento serlo con los demás. Cometeré mil errores, tengo mil defectos y seguro que a veces seré incoherente, pero siempre inconscientemente, me esfuerzo mucho porque mis hechos y palabras vayan a la par. Lo contrario sería ser una hipócrita y nada odio más que la hipocresía, de hecho me trae muchísimos problemas no saber serlo...voy a clases particulares a ver si aprendo, pero se me da mal, siempre se me ve el plumero;))
Me ha encantado esta entrada, de corazón te lo digo, hay personas que parece solo son felices dando puñetazos verbales a los demás y lo peor, se creen siempre con derecho a ello. Mil graacias, LUIS ANTONIO.
Muuchos muchos besos y muuuuy feliz finde.
Eres sincera y eso te honra, estimada María. La introspección que haces corresponde a la imagen que tengo de ti. En tus comentarios generosos y llenos de afecto te muestras tal y como eres. Leerlos es, además de gratificante, educativo y muy ético. Nos enseñas a ser personas. Y eso no es pcoo...
EliminarMuchos besos, estimada María. Sigue siendo así...
Jajaja siento los dos "horrores" que he repetido... es que lo mío es horroroso ;))
ResponderEliminarOjalá todos los horores fuesen como esos...
EliminarA mí gusta hablar, lo reconozco. A veces un poquito de más... y mira que soy consciente de que el silencio es la mejor cosa que tenemos...
ResponderEliminarHablar puede ser una bendición y un placer. No tengo la menor duda, por lo que muestras a través de tus escritos, que tus alumnos son unos oyentes afortunados.
EliminarOtra cosa bien distinta es ladrar...
Siempre he aborrecido el cinismo. No entiendo qué beneficio personal se puede quitar del autoengaño, del yo soy o yo hago, sin que se sea o se haga.
ResponderEliminarA través de los años he aprendido a escuchar tanto lo que me quieren decir como lo que me quieren ocultar; y es alguna vez, justo enfrente de alguno de esos magníficos charlatanes, cuando mas fuerza cobran mis premisas.
Un saludo.
El problema del cinismo es que solo lo vemos en los demás...
EliminarUn abrazo
“Si lo que vas a decir
ResponderEliminarno es más bello que el silencio,
no lo digas”
Amigo Luis Antonio: si así hiciéramos, ¿no crees que el mundo entero parecería un desierto sin palabras?
Por supuesto que lo más importante son los actos, pero la palabra... La palabra puede ser a veces el mejor de los gestos.
Sé que lo digo no es, en absoluto, más bello que el silencio, pero me gusta decirlo, porque el lenguaje es un puente mágico por el que pueden caminar muchas cosas buenas, incluso el silencio.
Un abrazo.
Cuando las palabras pecan de intolerancia, pesimismo y negatividad, ¿no es mejor guardar silencio? Yo no tengo la menor duda y trato de ser coherente.Otra cosa es que lo consiga...
EliminarUn abrazo, Antonio
Yo no soy de hablar mucho, soy más bien de las que escuchan a quién habla, pero también es cierto que soy impulsiva y que, a veces, debería pensar antes de hablar porque suelo "meter algunas veces la pata", pero también es cierto, que lo hago sin malicia, todo depende de cómo se digan las cosas, y con qué intención se dicen, pero tienes razón, mucha razón ese proverbio árabe, deberíamos aplicárnoslo muchas veces.
ResponderEliminarUn beso.
Adoro a los que saben escuchar y miran a los ojos. Tengo la certeza de que tú, estimada María, estás ahí.
EliminarBesos
Los actos, hombre, los actos son los que cuentan.
ResponderEliminarLuego si pensamos en los políticos queda demostrado.
Abrazos
Los actos y las bellas palabras que vuelcas en tus versos, Alicia...
EliminarBesos
Sabes que tengo una frase muy parecida puesta en miblog: "Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio".
ResponderEliminarEs de un librito titulado "El arte de callar" del abate Dinouart, escrito en 1771.
Pero el arte del silencio lo han usado grandes políticos, como Maquiavelo, quien decía que a través del silencio y de dejar hablar a los demás, te apoderabas de ellos, porque tú sabías mucho de ellos y ellos nada de ti, por lo que los tenías en tus manos. También decía que debía dejarse aconsejar, pero luego tomar la decisión que él quisiera, para demostrar su poder, sin herir sentimientos a los poderosos.
Sobre cómo aconsejar, es a través de la empatía y de la propia experiencia, la mejor forma de hacerlo, pero según los estudiosos del tema, surge más efecto un consejo de alguien con quien no se tiene una relación previa que de alguien conocido. El motivo es el establecimiento de una relación de jerarquía inconsciente. Por eso una norma de los psicólogos es que nunca pueden serlo de alguien ya conocido, porque el diagnóstico que hagan y la terapia que aconsejen o hagan, no tendrán efecto por haber una relación anterior ya establecida que impide la autoridad del psicólogo como tal.
Un abrazo.
Por eso, a veces, es más fácil educar y orientar a los hijos de los demás...
EliminarComo siempre, tus comentarios enriquecen. Gracias, Carlos
Un abrazo
Yo ésto lo mido un tanto como con las amistades. ¿Cuántas es uno capaz de conservar, y por qué? A veces lo pienso con respecto a los blogs, por ejemplo. ¿Cuántos de los lectores de mi blog siguen donde estaban desde el primer día -o el segundo- y cuántos no, y por qué? ¿De cuántos sigo sabiendo en mayor o menor medida, aparezcan o no por la blogocosa, y no, y por qué? Personalmente me sirve de autocrítica y por suerte por el momento me gusta mi respuesta, porque por suerte, a pocos perdí o me perdieron de vista. Ergo me gustan las suyas.
ResponderEliminarY pienso... por algo es. Palabras más, palabras menos. Lo que importa es que sean auténticas. Ni poses, ni mentiras. No me interesa malgastar mi energía en ellas ni en quienes las pretenden.
Besos, Luis Antonio.
El mérito de que no se rompan los vínculos con los amigos en general es que hay quien los riega de vez en cuando. Y tú, estimada Vero, lo haces muy bien. Aprovecho para agradecerte que, a pesar de la distancia y las circunstancias, te sigas acordando de nosotros.
EliminarBesos, Vero
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe parece muy loable intentar hacer de este mundo en si caótico, caprichoso e indiferente a nuestras desdichas, un mundo ajustado a los manuales de la ética, a la racionalidad y la coherencia; pero cada vez me inclino más a creer que es una tarea condenada al fracaso. El hombre sigue siendo más naturaleza que civilización.
ResponderEliminarSupongo que estos deseos responden a la llamada deformación profesional. Sin embargo, quiero que sepas que soy más optimista que tú. Si no creyera en la labor educativa, me dedicaría a otra cosa...
EliminarEl problema es que no todo lo que hay que decir es bello , ni siquiera valioso, a veces es realmente feo pero no queda más remedio que decirlo. ¿Le vamos a decir a Gallardón guapo? ¿Es mejor callarse? ¿ Es mejor mor-der-se la len-gua?
ResponderEliminarBesos, mi querido profe.
Yo solo sugiero poner sordina a la intolerancia, el pesimismo y la negatividad...
EliminarA Gallardón y a sus colegas ministeriales hay que cantarles las "cuarenta" siempre que proceda. Faltaría más...
Se te echa de menos, Angie
Besos, estimada colega
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAtención, señoras y señores:
ResponderEliminarLo bello no siempre cae en gracia,
Respondo en nombre del dueño de casa.
La belleza es subjetiva
Y raramente comprendida.
El silencio en cambio es
Mucho ruido y poca nuez,
A nadie lastima o hiere
Por algo se suele escuchar
Que quien calla, otorga, y ya.
Así ha hecho hasta ahora
Este señor español
Quien con sus sabias palabras
Este torpe verso inspiró.
Me doy al silencio ahora
Y a los brazos de Morfeo;
A la cama ya me entrego
A dormir, y hasta mañana.
Un beso para todos!
P.D.:
No, aún no he bebido nada...
Una copa de Malbec...
Poca cosa, ya lo ven.
(TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS)
Fer (con disculpas a mi poetisa Marinel...) ;)
Veo que transitas con donaire por distintos géneros expresivos. Me gusta la renovación creativa de las formas...
EliminarHay silencios tremendamente expresivos... La complicidad, si la hay, ayuda a interpretarlos.
Un beso en exclusiva para ti, Fer
GRACIAS, AMIGAZO!!!
EliminarTienes un e-mail!
Besos,
Fer
Lo he leído, luego te contesto.
EliminarBesos
cierto amigo, aunque digamos que el núcleo familiar (principal escuela) está siendo bombardeado por trivialidades consumistas, por apremios quiméricos de las non sanctas crisis, saludos
ResponderEliminarLa familia, principal escuela sin duda alguna, pero muchos padres delegan la función educativa en la escuela...lamentablemente.
EliminarUn abrazo