LUDMILLA ( y II)

Ludmilla me comunica alborozada que ha protagonizado una noticia que recoge La Vanguardia. Sucedió el pasado mes de diciembre.  Me enseña un recorte con una fotografía donde aparece ella muy alterada, forcejeando con alguien que la sujeta por un brazo y amenazando con el otro a un coche rodeado por manifestantes. A pie de foto este texto: Trabajadores de Vall d´Hebron zarandean el coche del conseller Boi Ruiz.

 

Ludimilla me explica que acudió a la manifestación para protestar contra este conseller porque ha retirado la subvención de la guardería del hospital. En principio, me narra un tanto exaltada, sólo querían montarle una pitada y cacerolada, pero al tener conocimiento de que el conseller quiso esquivarlos saliendo por otra puerta del recinto hospitalario, la indignación creció y fueron corriendo hacia donde se hallaba aparcado el coche oficial. Varios de los manifestantes y ella  golpearon la carrocería del vehículo, llegando incluso a romper un retrovisor.

 

Ludmilla, que ha dibujado en el recorte del diario un bocadillo de viñeta con una exclamación alusiva a la familia del conseller, me dice que este señor es un cobarde porque no quiso recibir a una comisión que quería entregarle miles de firmas en contra del cierre de la Escola Bressol. Cuando le pregunto en qué le afecta a ella o a su familia esta medida, me dice que en nada, pero le basta  y le sobra con que perjudique a los demás...

 

- ¿Supongo que tú que siempre dices que hay que dialogar para resolver los problemas me vas a echar una bulla...?

- Tienes razón, pero también os digo que cuando el diálogo es imposible hay que pasar a otro nivel de actuación – le respondo.

- Y eso, ¿qué es?

- Me parece que lo sabes muy bien, Ludmilla...

 

Después de este peculiar comienzo de la clase, le reclamo los deberes  y me dice que sólo ha tenido tiempo de comentar un poema de A. Machado. El poema es este:

 

“Nunca perseguí la gloria 
ni dejar en la memoria 
de los hombres mi canción; 
yo amo los mundos sutiles, 
ingrávidos y gentiles 
como pompas de jabón. 
Me gusta verlos pintarse 
de sol y grana, volar 
bajo el cielo azul, temblar 
súbitamente y quebrarse”

 

- ¿Lo has seleccionado por influencia de Joan Manuel Serrat?

- No, lo he escogido porque de pequeña me gustaban las “pompas de jabón” y por los colores que cita. Son chulos...¿eh?