El vent
apaga la flameta de les veles ,
però aviva les fogueres de Sant Joan.
Igual que el vent...
Les absències
amainan les petites passions,
però encoratgen les més grans.
El pleonasmo es una figura retórica que consiste en agregar palabras a modo de repetición, que no son necesarias, con el fin de resaltar una...
Ahora entiendo...
ResponderEliminarA partir de este momento le echaré la culpa al cierzo.
Besos
Es ocurrente asimilar el viento con la ausencia. Uno y otra provocan sensaciones que estimulan la mente al motivar experiencias singulares. Mas su intensidad no siempre es la misma, su impacto varia en función de las circunstancias y no siempre las reacciones ante ellos son las más lógicas y pertinentes. El viento nos viene dado y escapa a nuestra decisión: lo asumimos como tal y nos embarcamos en su flujo. Somos capaces, en cambio, de modular el valor y significado de la ausencia, que depende de nuestra voluntad y que por eso mismo, a medida que se acrecienta, sobrepasa al viento en su capacidad para incidir sobre lo que somos y lo que deseamos.
ResponderEliminarjajajjaja Athena... si es queeeeeee, ¡¡¡somos únicas buscando culpables¡¡¡ :P
ResponderEliminarPues yo creo que las ausencias lo matan todo.
Un beso, Luis
Yo ayer recogí tantas ausencias al calor de la hoguera, que casi se me saltan las lágrimas.
ResponderEliminarMe gusta. Creo que es muy acertado tu poema-reflexión.
ResponderEliminarEl vent és capaç de dur-se de cop i volta el millor i el pitjor. Hem d'estar alerta al vent. Jo el mire amb passió i amb prudència, igual com mire les flames que modela l'alé de l'aire marí.
ResponderEliminarUna abraçada.
Luis, ahora que nadie nos oye:
ResponderEliminarCreo que esto debe ser cosa de hombres...
porque ya ves cómo se ríen ellas
Me alucina el contraste de términos que has utilizado: amainar / avivar; llamitas / hogueras; viento, vela, pasión. Creo que ese contraste es lo que da sentido al conjunto Eres grande, Luis Antonio.
ResponderEliminarMás besos.
Ahora mismo sopla fuerte. Silba queriéndose colar por las rendijas de las ventanas y atravesar la casa allí donde hay un punto en que hace corriente.
ResponderEliminarSe acerca una tormenta, ya suenan los truenos.
Es impresionante tanta energía junta.
Las ausencias... incluso duelen.
El viento va y viene.
ResponderEliminarNos acaricia y nos empuja
y por supuesto aviva el fuego.
Es muy hermosa la identificación que has realizado entre viento y ausencia y muy original.
Y sí, es cierto que las ausencias avivan las grandes pasiones.
Un abrazo.
Vientos vitales amigo y según las épocas, de los que se llevan o traen cosas. A ráfagas... no se olvidan de nadie...
ResponderEliminarA veces con sensación de pérdida, a veces suaves y templando el alma.
Ojalá estés en uno de los últimos.
Abrazos y buen solsticio.
Los vientos son buenos y también malos, ayudan a limpiar el ambiente enrarecido y nos entregan un ambiente mejorado. Ojalá para España, mi segunda patria, soplen vientos favorables, ya que por lo las noticias me entero que hay muchos españoles que lo están pasando mal, por la situación económica receciva que está viviendo prácticamente toda Europa.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Gracias por asomarte a mi balcón. Me quedo un ratito por aquí, a donde me lleve el cierzo!
ResponderEliminarUn saludo!
A TODOS LOS COMENTARISTAS:
ResponderEliminarMil gracias por vuestra participación enriquecedora y grata, como siempre.
Un fuerte abrazo
El viento se puede llevar las palabras, pero nunca jamás los recuerdos.
ResponderEliminarUn beso.
A María:
ResponderEliminarSobre todo, los buenos. Por eso, al remmorarlos sentimos nostalgia.
Un beso, María