domingo, febrero 03, 2019

SOLIDARIDAD, ¿BIEN ESCASO?



La solidaridad es una especie de sentimiento muy cercano a la amistad, al cariño, a la comprensión. Es, como bien dice el diccionario, "adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles". Es evidente que resulta insuficiente para resolver las injusticias, pero es condición necesaria para la renuncia al egoísmo que se traduce en desinterés por los otros. Si creemos que el bienestar se ha convertido en el primer valor de la sociedad de consumo, hay que entender y dar a entender  que el bienestar es un valor universalizable  y ha de hacerse lo más general posible. La pregunta que cabe hacerse es si somos solidarios de hecho o sólo de palabra...


12 comentarios:

  1. Hay que rendirse a la evidencia, amigo Luis Antonio, en el ser humano conviven la luz y la oscuridad, el egoísmo y la generosidad desde que estamos por aquí. Ahora bien, yo creo que tenemos más luz que penumbras.

    En general somos solidarios, a ver, ya sé que estamos hartos de ver situaciones en sentido contrario… el problema de los refugiados y los inmigrantes que buscan amparo en una Europa que cada vez parece más “insolidaria”, o el asunto catalán, cuando las partes se acusan mutuamente de insolidarias, la corrupción política y financiera que en su origen parte de una profunda insolidaridad, y podríamos seguir y seguir.

    Mencionando lo de Europa, no debemos olvidar que en todo el continente ya residen millones de inmigrantes con sus derechos y obligaciones, que fueron acogidos hace mucho por un principio de solidaridad que cada democracia europea gestiona internamente, además de las directrices de la UE, aunque esta tenga que ponerse las pilas. Desde luego queda bastante por hacer, pero también se ha hecho mucho.

    Pese a tanta sensación de insolidaridad (que razones no faltan), vemos sin embargo acciones de enorme solidaridad, a lo largo y ancho del mundo, cuando acontecen grandes catástrofes tales como terremotos, huracanes, grandes rescates… o el reciente y trágico caso del pequeño Julen, un extraordinario ejemplo de solidaridad y humanidad.

    Hay mucha gente jodiendo la marrana por ahí, pero hay mucha más arrimando el hombro, ayudando a sus semejantes, echando una mano, muchos movilizándose por otros desfavorecidos.

    Si la mayoría de las personas fuesen insolidarias… este mundo, sencillamente, ya se habría desmoronado, pero ahí continuamos, en pie, con ampollas pero caminando.

    Puede que ser solidario responda a algún instinto primario, al fin y al cabo deseamos en nuestro fuero interno que algún día hagan lo mismo por uno… y salvar tu pellejo.

    Lo que ocurre es que lo malo, siendo más impactante, tiene esa perversa capacidad de minimizar lo bueno, lo malo sobresale siempre. Y Lo malo vende.

    Ser solidario no resuelve muchas injusticias,como bien señalas. Pero ha resuelto, de momento, la más grande… que el mundo, y todos con él, se vaya al carajo, y esa es la madre de todas las injusticias, porque después de eso… "rien de rien", que cantaba Édith Piaf

    Un abrazo amigo, vaya, me explayado lo mío…

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    1. Muchas gracias por tu generosa y trabajada aportación

      Luces y sombras. Tienes mucha razón, Paco. También estoy convencido de que la mayoría de las personas se sienten solidarias con los más necesitados. Otra cosa es que haya coherencia entre lo que se dice y lo que se hace...

      Nadie ignora la inmigración que ha elegido Europa como destino. Y tampoco hay que olvidar la inmigración de europeos a América, especialmente. Ahí están sus huellas.

      También es cierto que todo tipo de inmigraciones se tienen que regular y sin dejar de lado que los derechos devengan obligaciones. Lo complicado es que todos no tenemos la misma idea de qué y cómo regular este proceso.

      Un abrazo, amigo Paco

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  2. Solidaridad es un término en desuso. En desuso explícito, quiero decir. En escasez o ausencia de práctica. Es una palabra tópico en estos momentos. Cuando empecé a conocerla y a pronunciarla, allá en los viejos tiempos del tardofranquismo, se emitía con seriedad, rigor, de modo timorato cuando no casi clandestino. Se titulaban con ese nombre algunos periódicos humildes hechos a ciclostil, nos hacíamos eco de noticias del resto del mundo que aquí se falseaban u ocultaban por los medios oficiales. Las palabras solidaridad, solidario, solidarizarse tenían algo sagrado, casi sacramental. No era un término utilizado por la banca ni el comercio ni la publicidad ni la derecha ni la religión (acaso ésta empezaba a introducirla por mor de los curas obreros) Decir solidaridad era ser subversivo. De ahí a ser objeto de marketing, estereotipo verbal y demagogia ha habido un salto. Y nuevas generaciones- A mí me gustaba y me gusta, aunque no se use, otro término cuyo concepto se difuminó: apoyo mutuo. Pero exige un reconocimiento de otros que son como tú aunque no se reconozcan o admitan que lo son en mayor o menor medida. Además el esfuerzo colectivo de apoyarse ha desaparecido de manera directa, todo se delega. Para eso está el Estado, las administraciones, mis impuestos, la gestión pública, etc., se suele pensar. Bueno que ha llegado un momento en que uno no sabe qué es ni si existe aquello denominado Solidaridad. Ya no pongo apellido, pero cabría imaginarlo o recordar.

    Gracias, me has hecho pensar.

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    1. Tienes razón, es una palabra que ha perdido su esencia y que se ha convertido en un tópico

      Quizás sean minoritarias, pero te aseguro que existen numerosas instituciones y grupos de personas que han dado un paso más allá de la solidaridad y están arrimando el hombro con acciones desinteresadas muy gratificantes. Sólo te daré una pista: son personas mayoritariamente jubiladas.

      Cordialmente

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  3. Si la solidaridad no se acompaña de una verdadera justicia social se queda en nada, se convierte en un acto individual de autocomplacencia.
    Un pueblo solidario tiene que verse acompañado de la acción de gobierno, es indispensable.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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    1. Se queda en nada, pero es el preámbulo de que pueda ir acompañada de otros pasos.

      Pedir al gobierno que participe en esta función y de forma proporcional a sus recursos es obligado, pero sin ignorar lo que nos corresponde a todos y a cada uno de nosotros.

      Saludos, Francesc

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  4. Es cierto que vivimos en una cierta hipocresía. Al menos, si somos conscientes de ello, tendermos algo más a la solidaridad.

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    1. Ese es el principio: ser autocríticos y obrar en consecuencia.

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  5. Libertad, igualdad y fraternidad, ésta última muy relacionada con la solidaridad y no es casualidad que sea la de menos uso de las tres en estos tiempos.
    Un abrazo

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    1. La segunda también es muy mejorable, ¿no?

      Un abrazo

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  6. Desgraciadamente hay poco espíritu solidario, deberíamos aprender a ser más humanos, un gran abrazo.

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  7. Desgraciadamente hay poco espíritu solidario, deberíamos aprender a ser más humanos un gran abrazo.

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