lunes, septiembre 12, 2011

El desánimo, ¿en alza?

32 comentarios:

  1. Anoto dos frases de Saramago:
    1. Yo no soy pesimista, lo que pasa es que el mundo está pésimo.
    2. Sólo los pesimistas pueden cambiar el mundo.
    Yo no creo que estemos en momentos de desánimo, desaliento o desmoralización (mira el 15M), sino de pesimismo extremo.

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  2. Cierto. Pero en esta ocasión me temo que está fundamentado. Y no es exclusivo de este país.

    un abrazo. Tendremos que levantarnos el ánimo.

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  3. Estoy de acuerdo con el comentarista que me precede. Hace un mes estuve en Portugal y la sensación de fracaso colectivo es tremenda. No le van a la zaga los irlandeses, los franceses, por no hablar de los griegos, que han vuelto a Sócrates para consolarse. No. Entre los europeos, quizá hayan sido los españoles los más alegres y confiados, los que han creido que todo el monte era néctar y ambrosía, que las pelas y los euros salían de las piedras, que el futuro era prometedor al máximo. Protagonistas de un optimismo irresponsable, alentado por políticos que no ven más allá de su coche oficial, nos hemos percatado que todo era un sueño y una fascinación infundada. De ahí la dureza de la caida, el descubrimiento inequívoco de que somos lo que siempre fuimos: caballeros andantes a la búsqueda de una utopía que jamás será realidad, mientras no tengamos los pies en el suelo y dirigentes dignos de serlo.

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  4. Tu percepción es cierta pero necesita algunas puntualizaciones. Nos enfrentamos a una crisis de un modelo en que nos hemos acostumbrado a vivir. En un principio existe la reacción de negación, luego la de rabia, luego la de depresión, para llegar posteriormente a la aceptación. Al parecer va a haber nuevas reglas de juego y nuestro nivel de vida va a sufrir una merma considerable que vamos a notar. No volveremos al estado inicial. Creo que estamos entre esa depresión necesaria e inevitable y la fase de aceptación. El 15-M es la rabia. No podemos aceptar lo que está pasando y echamos la culpa al sistema. Entramos en la depresión cuando nos damos cuenta de que nuestra rabia no sirve de nada ni tenemos a nadie consistente que cargue con la responsabilidad, que recaerá exclusivamente sobre nosotros. Cuando pasemos esta fase -que es la que tú detectas- llegaremos a la aceptación. El mundo se rehará de otro modo y en él lo público ocupará un lugar menor, mucho menor. La agresividad social contra los funcionarios es una muestra de esto. Se quiere una cobertura social absoluta pero se detesta a los que son servidores de la misma: médicos, profesores, empleados públicos… Caminamos hacia un modelo dominado por lo privado y el individualismo. El estado no podrá seguir cubriendo las parcelas que el superávit permitía. Se odia y se exige lo público. Ese es el dilema que no tiene solución. Tarde o temprano lo aceptaremos, pero es normal que estemos deprimidos y llenos de resentimiento. Nos dijeron que el pastel era nuestro y ahora nos dicen que no. Menos mal que Cataluña ha iniciado su transición nacional y el futuro independiente logrará hacernos felices a todos.

    Un abrazo.

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  5. Yo no creo que seamos así de manera innata, Luis. Yo lo que creo es que la situación no da para más.

    Un beso

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  6. Sí, hay mucho desánimo y desmoralización, sobre todo cuando tomas conciencia de que los problemas colectivos lo son según el grado en que nos afectan a título individual, el divide y vencerás está a la orden del día, muy sutilmente y resquebrajando cualquier intento de fuerza que pueda significar un obstáculo a determinados fines.

    Estoy viendo tantas cosas tan incongruentes estos días que no tengo más remedio que ver la botella socialmente medio vacía.
    Solo a título individual es posible llenarla.

    Muchos besos.

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  7. Es cierto que la situación es mala; pero ante tal situación hay dos maneras de comportarse: la de los bueyes que aceptan que les pongan el yugo y bajan la cerviz en señal de humillación, y las de aquellos que son capaces de enfrentarse a su destino y luchar como leones para defender lo suyo, lo que les corresponde, sin dejarse robar y la zarpa amenazante, con la arrogancia de un hombre. Es ésa la España que embiste cuando se digna usar de la cabeza. El hombre de verdad, a mayor dificultad mayor empeño pondrá en resolver un problema. Solo los débiles y pusilánimes son los que se dejan llevar como un rebaño al matadero como si fueran ovejas o terneros, pero nosotros somo humanos forjados en duras fraguas, y que como los toros, nos crecemos ante el castigo. Si las cosas pintan negro, tenemos pintura blanca para embadurnar Europa.
    Un abrazo.

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  8. Carlos Galeón, ¡vaya panegírico a la raza hispana! Toma ya. Me temo que eso ya pasó y que somos en general adocenados, gregarios y carentes de imaginación. La España de los poetas, de los pintores, de los anarquistas es pura ilusión, pero está bien tu alegato a la furia española. Pero me temo que no va a ser. Saludos cordiales.

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  9. Discrepo del amigo Manero, no es cierto que aquí se viviera en el optimismo y la irresponsabilidad. No es cierto. Aquí la gente hacía lo que decían que tenía que hacer pero no vivíamos en ningún paraíso ya que todos sabemos que todo paraíso es un paraíso perdido. Al que le duelen las muelas el paraíso era cuando no le dolían, al que ha perdido su trabajo el paraíso era el hecho de trabajar.
    Hay una oleada de pesimismo pero una vez más está alimentada por los mismos que antes nos decían lo contrario. Pura sugestión colectiva para que sigamos bailando al ritmo que nos marcan. Mientras no nos desembaracemos de los manipuladores, mientras sigamos siendo títeres de las bajas pasiones de los medios y la clase política, aviados estamos.
    Mejor sería que como el Cándido de Voltaire dejemos las cuitas del mundo y nos dediquemos a cultivar cada uno su propia parcela.

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  10. Me ha encantado, como otras veces, el comentario de Joselu.

    No creo demasiado en las fases, pero tal vez existan, primero la negación (como cuando a uno le están atropellando y viendo el coche encima exclama: ¡no puede ser, no puede ser!) y después la aceptación, cuando ves que no te queda otro remedio que pasar por el reparadero hospitalario.

    A mí me sorprende la normalidad con que vive la gente.

    Lo he dicho más veces, la normalidad, ante la indecencia de la situación actual, es una forma de subversión.

    Nos engañaron, quisieron apuntarse en el carro de los fuertes, y nuestro país no lo era. ¿Era necesario? Todos dicen que sí, pero no hay certezas.


    Crecíamos (ese es el paradigma actual) a base de endeudarnos. En un bucle infinito.

    Eso ahora ha explotado, ¿y qué hace la gente? de todo menos desanimarse. Eso es lo que yo veo.

    Otra cosa son los Medios, esos sí, siervos de sus Grupos, que lanzan mensajes vomitivos de uno u otro calibre, dependiendo quien les pague.

    Lo público depende de lo privado, que nadie lo olvide. Los fondos públicos no salen de una maceta.

    Y no paran de machacarnos diciéndonos que nuestro modelo productivo es obsoleto. Sin ladrillo no somos nada, y el ladrillo, ahora es una carga. Miles de pisos sin vender, y los Bancos con más pisos que una Inmobiliaria.

    El talante español, yo creo que ya no es tal. Es un híbrido. Está muy mezclado, porque en una generación, las personalidades han dado un giro bestial.

    Los jóvenes, mucho más preparados que sus antepasados, ven como la injusticia de los ciclos los deja fuera, mientras que sus antepasados, sin saber hacer la o con un canuto, hoy tienen su pensión asegurada.

    Eso es difícil de digerir. Por eso protestan, en una liturgia que saben que tal vez no dará resultados, pero que es obligada.

    Optimismo o pesimismo, hoy, son términos anticuados, rancios, vacíos, que no sirven para nada en la actual situación.

    Lo que hace falta, no son talantes (de eso fuímos sobrados con pésimos resultados) sino ideas, ese es el cascabel del gato.

    Y quien las tenga, que Dios se las bendiga y le guíe para saber aplicarlas para el bien común.

    Saludos.

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  11. Pues yo tengo que decir que, esta mañana, al leer el comentario de Carlos Galeón, con essa contundencia tan aplastante, he soltado una risotada de esas que vienen de dentro, que me ha dado la fuerza justa para, antes de salir para el curro, levantar el cuello que llevaba bajo para que me lo cortaran directamente, y llegar allí con la cabeza bien alta, y así ha sido.

    Kisses, my dear.

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  12. Hasta el más optimista tiene motivos para desanimarse esta vez.

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  13. cierto. esta en nosotros cambiar eso y reemplazarlo por gente que cree en el optimismo y lucha por sus ideales.

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  14. A Juan Navarro:
    Saramago tiene mucha razón, pero tengo mis dudas de que los pesimistas puedan cambiar el mundo. Otra cosa diferente son los inconformistas, los rebeldes, los indignados... En todos estos confío mucho más y no pierdo la esperanza

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  15. A De cenizas:
    Que no sea exclusivo de este país, ¿debe consolarnos?
    Tendremos que levantarnos el ánimo y también de la silla...
    ¿Qué tal la salud?
    Un abrazo

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  16. A Fernando Manero:
    La dureza de la caída la están sufriendo los que se tragaron toda esa patraña que nos vendieron aliñada con “néctar y ambrosía” sin fundamento alguno, pero no todos bebieron de esa ficción porque, afortunadamente, aún quedan algunos, escépticos quizás, que piensan y cuestionan lo que sucede. Y se veía venir... Yo soy un forofo del caballero andante, pero tengo serias dudas de que todavía aniden muchos por estos pagos...después de que Rocinante nos descalabre una y otra vez.
    Un abrazo, Fernando

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  17. A Joselu:
    Que Atalaya reconozca la calidad de tus comentarios dice mucho en tu favor porque no es de las que regala elogios gratuitamente.

    Comparto el diagnóstico que haces de la situación actual y el escepticismo que manifiestas sobre las virtudes de la “raza hispana”...

    De tu comentario me llama la atención la frase final:

    “Menos mal que Cataluña ha iniciado su transición nacional y el futuro independiente logrará hacernos felices a todos”

    ¿Cómo interpretarla? ¿Ironía socrática? ¿Coña marinera?...
    ¿Podrías ser más explícito?

    Hoy Fernando Onega publica su columna habitual, "Cataluña, ¿Adéu?", en La Vanguardia que aborda el tema de una manera con la que me identifico bastante:

    http://www.lavanguardia.com/mobi/opinion/articulos/20110915/54216350317/catalunya-adeu.html

    Un abrazo

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  18. A Novicia Dalila:

    De manera innata, desde luego que no, pero, repito, el panorama que yo vislumbro en mi entorno social es bastante así. Y bien que me duele.

    Un abrazo, Novicia

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  19. A Angie:
    El “divide y vencerás” lo está aplicando – y de qué manera – vuestra Presidenta, Sra. Aguirre... Ya me contarás...
    Un fuerte abrazo, Angie

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  20. A Carlos Galeón:
    Me gustaría contagiarme de ese espíritu enardecido con que expresas tu confianza en esa España que se crece ante el peligro... ¿Es un convencimiento o un deseo?
    Un abrazo

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  21. Al Dr. Krapp:
    Veo que tú también navegas entre olas de pesimismo, pero también manifiestas que sólo desde el “cultivo personal de la propia parcela” se debe afrontar esta coyuntura histórica que estamos sufriendo.

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  22. A Atalaya:
    No me sorprende que te gusten los comentarios de Joselu. Si te interesan los temas educativos vividos en 1ª persona no te pierdas su bitácora, “Profesor de la Secundaria”.
    Me gustaría participar de esa visión que manifiestas sobre la “normalidad con que vive la gente”. Ignoro el ambiente en que te mueves, pero te aseguro que a nivel escolar y universitario la “normalidad” es más bien puntual...Y lo que digan los medios me trae sin cuidado. De un tiempo a esta parte ignoro los grandes titulares sobre la déficit, la deuda. Bla, bla, bla...
    Tampoco tengo mucha confianza en “el talante español”, la verdad. Y en cuanto a los jóvenes que protestan, los hay, pero menos de los deseados.
    Dices: “Optimismo o pesimismo, hoy, son términos anticuados, rancios, vacíos, que no sirven para nada en la actual situación”
    No entiendo esta frase. Las palabras no son rancias. Las personas y las cosas sí puede serlo en la medida que esten apegados a según qué tradiciones anticuadas y obsoletas. ¿Me lo explicas? Quizás no te he entendido...
    Como tú, también espero como agua de mayo, que alguien nos ilumine con ideas que puedan contribuir a sortear esta situación.
    Un abrazo

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  23. A Tesa:
    Pues imagínate cómo estarán los pesimistas consagrados...

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  24. A David C::
    ¿Dónde está esa gente?
    Saludos

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  25. Ay, Luis Antonio, no se puede ser más explícito. Sería demasiado extenso y además no convencería a nadie que no estuviera ya de acuerdo. El problema es que todos en este tema tienen ya posturas preconcebidas y entonces es inútil cualquier debate o pretensión del mismo.

    Había leído el artículo que citas y también uno de Francesc de Carreras que me parece acertado en su enfoque.

    Un abrazo.

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  26. Todas las situaciones son malas. Sin ir más lejos, si estamos aquí: ¿dominando la Tierra?, es porque en una crisis a lo bestia desaparecieron los dinosaurios y los mamíferos pudimos evolucionar hasta ser el homo interesadus...

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  27. A Joselu:

    No te pedía tanto. Me conformaba con saber si acertaba o no con alguna de mis suposiciones...

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  28. A P. Vàzquez "ORIENTADOR":
    O sea, que si desaparecemos los humanos de la faz de la Tierra, ¿todo resuelto?

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  29. Hasta los más optimistas están desmoralizados, no me extraña nada, con el panorama que tenemos dan ganas de cerrar los ojos.

    Un beso.

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  30. A María:
    Me habría gustado que me llevases la contraria, pero ya veo...
    Besos,Maria

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  31. Dicen, que un pesimista es tan solo un optimista bien informado...
    Pues eso.

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  32. A cristal00k:

    Pues debe ser así porque las informaciones de los medios, sobre todo últimamente, deprimen incluso a las piedras...

    Eso, pero con "b".

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