viernes, diciembre 09, 2011

Solo nos conocemos... superficialmente


30 comentarios:

  1. Y tanto que no conocemos a las personas del todo. Ni siquiera a nosotros mismos...

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  2. Pretender conocer en profundidad incluso a nuestro entorno más cercano, resultaría agotador.

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  3. Niego a la mayor. Somos lo que aparentamos ser. Si una persona educada, cordial y solidaria es por dentro un bicho infecto, una salvaje que desea el mal del prójimo y que se recrea morbosamente en lo que para los demás es solidaridad, su realidad no tiene por qué ser la mala. Es posible que esos malos sueños y pensamientos sean excrecencias psíquicas. Por eso le tengo tanta manía al psicoanálisis, porque se empeña en hacer pasar por verdad todo lo que nos puede hacer daño. La verdad no es Mr. Hyde sino el doctor Jeckyll. Y no es nuestro 'fondo animal', porque los animales no tienen malos sentimientos. Son perturbaciones que nos agreden por dentro y de las que nuestro verdadero yo trata de defenderse con su disposición exterior. El que es una bestia lo transparenta, lo deja patente, por mucho que sonría, o quizá precisamente por su siniestra sonrisa exterior. La fisiognómica no es un cuento chino, y la palabra 'persona', en griego, significa 'máscara'.

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  4. ¡Hay que conocerse mucho para saber que no te conoces! De hecho, creo que desconocemos lo que nos conocemos. Y a los demás... ni te cuento.


    Un abrazo

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  5. dinámico el río de la vida, que cuando pones el ojo en él, ya fue pasado, ya fue renovado, ya ni siquiera fue el que querías ver
    saludos

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  6. De acuerdo contigo, Luis... Lo que hay en el fondo de cada uno es imposible de acceder a ello. ¡¡¡Y menos mal, no???¡¡¡ :D
    A mí lo que más me llama de todo el mundo es su lado oscuro.. Es ahí donde centro todo mi afán investigador. A veces se descubren cualidades imposibles de predecir y eso que es seguramente la punta del iceberg...

    Un beso y feliz finde

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  7. Ya lo decía Castilla del Pino. Existe un tipo de biografía invisible e inexistente, hasta para aquellos que escriben páginas de la historia, pues tiene un carácter mental y nunca se comunica a los demás. Se trata de la vida íntima, formada por sentimientos ocultos. El mecanismo que se pone en marcha cuando el individuo está solo. Ésta, junto a la vida pública y privada se mezclan en un juego fascinante.

    Es difícil conocer a los demás.

    Un abrazo Luis Antonio.

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  8. Nuestra vida psíquica es extraordinariamente compleja. A veces me asombro de la autonomía narrativa y artística de mis sueños. Allí me enamoro de personas que en la vida normal me son distantes. Amo estos sueños eróticos que tienen una consistencia increíble por su textura y delicadeza. Si esto pasa en el interior de uno mismo, que su mundo onírico es complejo y extraño, qué no será lo que los demás no verán de nosotros. Creo incluso que soy un extraño para la persona que vive junto a mí. Esto me hace pensar y pensar. ¿Sueños terroríficos? Creo que las personas normales no los tenemos, pero pobres de nosotros si llegáramos a una situación de extrema tensión social o política. Pienso en la Alemania del Reich o cualquier dictadura en que unos delatan a otros, personas normales que se convierten en torturadores… Todo seguirá más o menos bien si las circunstancias no nos impelen a sacar esos sueños ocultos incluso para nosotros mismos. Un territorio inquietante, sin duda.

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  9. Yo pienso lo mismo, nunca terminamos de conocer a las personas, y cuando creemos q las conocemos, van y cambian.
    Besoss

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  10. Tal vez nunca llegaríamos a entablar una relación si pudiésemos ver los pensamientos del otro desde el primer momento. Y que vean los nuestros.
    Tal vez uno afianza una relación en su propia idea de cómo piensa el otro.
    Da para mucho más.
    Un abrazo.

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  11. El problema está en que no sabemos ver al otro, si el otro es un ser inmundo se le transparenta, de alguna manera deja olvidada una hilacha de lo que es por dentro.
    Creo que es eso, debemos aprender a ver al otro, así no nos sentiremos defraudados luego.
    Alicia

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  12. Bueno, pero "nos" adivinamos muy bien ¿no?. No hay más que leer tu entrada para darse cuenta de ello.

    Luces y sombras inevitables... quizás hasta consustanciales... de "este" Universo que habitamos.

    Pero lo que me pregunto muchas veces es si realmente ¿podemos escoger?

    En fin! confiemos Luis, no nos queda otra...

    Abrazos!

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  13. Volvamos a Sócrates y reconozcamos de una vez por todas nuestra ignorancia. Hacerlo es el principio que nos pude llevar a la lucidez. Seamos modestos, olvidemos nuestra expectativas y conformémonos con todo lo nuevo que la vida nos trae. Sí, dentro de cada uno hay un pozo profundo donde puede haber lingotes de oro o escorpiones mortales ¿pero de que nos sirve saberlo si nunca vamos a llegar ahí? Se supone que no queremos que nuestro conocimiento nos otorgue poder de control o dominio sobre los demás, entonces no debemos preocuparnos si sabemos mucho o poco, ya llegará la sorpresa con sus múltiples alicientes.

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  14. A lo mejor es verdad aquello que apuntaba el filósofo de la bestia rubia (o roja) que habita en nuestro interior y que en determinadas ocasiones emerge de forma brutal. Y entonces estaremos de acuerdo en que las personas son todas unas desconocidas. Unos entes tranquilos y afables que pueden desarrollar actitudes atroces según en qué circunstancias. Sí, no conocemos bien a las personas.
    Somos seres desconocidos para los demás.

    Un abrazo.

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  15. Yo creo que nos conocemos tanto superficial como profundamente pero solo en parte, igual diría que muy poco. Además, tendemos a ver lo que nos favorece y a pasar por alto lo que no nos gusta. Son las circunstancias las que nos ponen en la situación de tomar partido y es entonces cuando descubrimos facetas que desconocíamos y nos invitan a reflexionar.

    A mí se me ocurren algunos momentos de mi vida en que estaba convencida de que hacía algo por una determinda razón y con el paso del tiempo he llegado a la conclusión de que ha sido por otra. En cualquier caso da igual, me ha servido para aprender.

    Besos.

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  16. Es cierto que la mente libre de la persona la puede conducir por los derroteros más imprevisibles, sorprendentes e incluso escabrosos. Pero la mente también reconduce el pensamiento hacia las actitudes más creativas, enriquecedoras, interesantes y solidarias. De ahí que no haya que ser en exceso prevenido, sino, con la prudencia necesaria, irse abriendo al conocimiento del otro, que en muchas ocasiones puede deparar gratas experiencias. Si no nos abrimos al conocimiento de los demás, ¿qué nos queda sino la soledad del condenado por desconfiado?. Un abrazo, Luis

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  17. A Pedro Ojeda Escudero:
    Lo cual no quita interés para que queramos intentarlo... Incluso lo estimula más.

    A Tesa:
    Tienes razón. Por eso desistimos, aunque volvemos a reincidir en el mismo empeño. Por algo será...
    Un abrazo

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  18. A Bernardinas:
    ¿Somos lo que aparentamos ser o lo que pensamos que somos? Supongo que ambas cosas, ¿no?
    Por lo demás estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. Lo importante es lo que manifestamos y hacemos más que lo que podamos pensar o soñar...
    Te prodigas poco, pero qué gratificante resulta recibir tus comentarios...
    Un abrazo

    A De cenizas:
    Tienes razón. Sin embargo, a veces resultan más interesantes los demás que uno mismo. Sobre todo si tienes la autoestima en crisis...
    Un abrazo

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  19. A enletrasarte(Omar):
    Buena imagen, la del río de la vida... Lo explica todo.
    Saludos

    A Novicia Dalila:
    A veces, por no decir siempre, es mejor ignorar ese fondo oscuro que no acaba de aflorar... y que tanto puede ser bueno como pésimo...
    Un abrazo, Novicia

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  20. A Jota Mate:
    He leído las memorias de Castilla del Pino. Muy interesantes.
    La intimidad es un mundo complejo que escapa a nuestro conocimiento. El error, a lo mejor, es tratar de penetrar donde no se debe...
    Me alegra saber de ti.
    Un abrazo, Jota Mate

    A Joselu:
    Me han gustado tu comentario y tus confidencias. Algunos somos tan celosos de esa intimidad que no somos capaces de exteriorizarla. Por prejuicios, quizás... Es tan inquietante ese territorio que quizás lo más sensato es dejarlo ahí... Lo que importa es lo que se expresa y lo que se hace. El pensamiento, aunque digan los mandamientos lo contrario, es libre. Y punto.

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  21. A Vanessa:
    Si además no somos capaces de llegar al fondo de nuestra intimidad, imagínate si esta es cambiante... Pasemos de ella, pues...
    Besos

    A Gamar:
    Por lo tanto, lo mejor es dejarlo como está y no pretender acceder a donde no se debe... ¿verdad?
    Un gusto saber de ti, Gamar
    Un abrazo

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  22. A Alicia María Abatilli:
    Lo más positivo es pensar como tú dices. Los que tienen ese fondo tenebroso difícilmente lo pueden ocultar, ¿no?
    Un abrazo

    A cristal00k:
    Sí que nos “adivinamos”. La intuición también cuenta. En ti, por ejemplo, las luces son tantas que convierten las sombras, suponiendo que las haya, en fantasmas. Un poco brujilla, sin embargo, si estás hecha, ¿no?
    Abrazos

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  23. Al Dr. Krapp:
    Me ha encantado tu comentario y prometo seguir la línea que marca: ¿para qué ir donde no se puede llegar? Nos dedicaremos a otros menesteres más factibles... Y las sorpresas, si las hay, también pueden ser gratificantes...

    A Miguel:
    Yo, de entrada, acostumbro a pensar bien de las personas. Mientras no me demuestren lo equivocado que estoy...
    Un abrazo, Miguel

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  24. A Angie:
    Quizás, como bien dices, no nos conocemos minímamente hasta que las circunstancias nos ponen a prueba. A priori, no sabemos cómo vamos a reaccionar ante determinados estímulos.
    De ahí, quizás, el interés que despierta este desconocimiento. Tanto en lo referente a uno mismo como a los demás.
    Besos, Angie

    A Fernando Manero:
    Quiero creer que los que pensamos bien de los demás, en líneas generales, estamos en el buen camino, aunque no pocos nos tachen de ingenuos... Me encanta contar con tus aportaciones, Fernando.
    Un abrazo

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  25. Creo honestamente que no podemos conocer ni conocernos, simplemente porque estamos muy condicionados. Y no es una excusa.

    Supongo que sería más fácil si los seres humanos fueran realmente libres, pero si lo fueran, ya no serían humanos.

    No puede haber sintonía, y si no la hay, la gente siempre ocultará algo. Sabe que juega con la ventaja de la máscara, las formas y la cortesía. Si esa posibilidad existe ¿para qué mostrar las cartas?

    A mí, más que dejar de conocer en profundidad, me molesta la certeza de saber que me pierdo algo. Eso sí es triste.

    Sé que la gente no mostrará todo su potencial porque siempre fallará algo: el momento, el escenario, la compañía, la inconveniencia para...

    Por fortuna queda la inspiración, la única cosa en la que creo. La bendita inspiración, que consigue alentar unas alas en el ser más insulso del planeta.

    Inspiración capaz de insuflar luz en el alma más oscura. Ese sí que es un delectante misterio.

    Todo lo demás son bonitos juegos de impotencias, a vueltas con conceptos sugestivos que no contienen en sí lo que definen, pero que nos ayudan a cepillarnos tanta prosa, tanta intendencia, y tantas sacrosantas obligaciones del Señor, que aburren hasta a las muelas del juicio.

    Saludines.

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  26. A Atalaya:

    Ignorar lo de interesante que pueda tener una persona conocida sí que es triste. Sin embargo, creo que en general ocultamos lo que no nos gusta a nosotros mismos, ¿no?

    El último párrafo de tu comentario: ¡magistral!

    Un abrazo, Atalaya

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  27. Yo que me fijo en el "fondo de las palabras" tengo que decirte que esa forma del grabado del fondo, es una forma profunda de conocerse...

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  28. Creo sinceramente que todos tenemos un Mr. Hide dentro que se combina con un Dr. Jekill. Es difícil conocer a nadie pues somos demasiado complicados. La mente humana es lo más imprevisible que existe. Un abrazo Lola

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  29. Creo que mantengo la misma reserva que tú a la hora de emplear el verbo conocer, sobre todo cuando el objeto del conocimiento se refiere a las otras personas o incluso a uno mismo.

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  30. A Fermín Gámez:

    Últimamente venimos coincidiendo bastante, ¿no? Me gusta.

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