El tema tiene relativa trascendencia, pero estamos en plena etapa vacacional y no toca todavía abordar los asuntos que sí preocupan. Tiempo habrá para ello.
En Aliaga (Teruel), como en otras muchísimas localidades de la “piel de toro”, hay un reloj en la torre parroquial y las horas suenan mediante el tañido de las campanas tanto de día como de noche. Suenan las horas, que se repiten, y las medias horas. El sonido llega a todo el núcleo urbano y a algunos lugares con intensidad. Siempre ha sido así, pero resulta que por primera vez se oyen algunas voces discordantes que reclaman, todavía en voz baja y mirando con recelo a un lado y a otro, que se silencien dichas campanadas para que el descanso, sobre todo nocturno, sea más sosegado y placentero. Lo curioso del caso es que el reloj colgado de la torre lleva varios años estropeado marcando indefectiblemente las seis...Hora un tanto prosaica, por cierto.
Para comprobar hasta qué punto este tema provoca preocupación o indiferencia colocamos el PULSÓMETRO en los “Porches de Correos” y hacemos la pregunta pertinente a los que acuden por allí mediante una selección sociológica medianamente representativa:
¿Qué opina-s del tañido de las campanas para dar las horas durante el día y la noche?
De las diferentes respuestas, seleccionamos las más repetidas y, por ende, más representativas:
1.- ADOLESCENTE: “Me la trae floja y me la suda. Yo duermo como un lirón y ni me entero”
2.- PERSONA MAYOR QUE VIVE EN EL PUEBLO: “Me parece muy bien. Siempre ha sido así y no tiene por qué cambiarse. Forma parte de la tradición y de la identidad de este pueblo. Para muchos las campanas hacen las veces de despertador y si no suenan las echamos en falta. Los que están en contra no son del pueblo, se trata de veraneantes que no tienen ningún derecho a meterse donde no les llaman. Si no les gustan, ya saben lo que tienen que hacer...”
3.- PERSONA NACIDA EN EL PUEBLO, PERO QUE VIVE EN UNA CAPITAL: “Se podría complacer a todos mediante una decisión salomónica: que callen las campanadas por la noche y que suenen durante el día...”
4.- VERANEANTE: “Las campanadas son un incordio. Tenían sentido cuando la mayoría de la gente trabajaba en el campo y carecía de reloj. Hoy, en el siglo XXI, no tienen razón de ser. Molestan y no dejan dormir con tranquilidad”.
Como puede observarse, el resultado muestra un abanico de respuestas que podría darse idéntico ante infinidad de propuestas de opinión: el pasota, el conservador guardián de las tradiciones, el conciliador que nada entre dos aguas, el innovador o rupturista....Casi todos.
De momento, así están las cosas. Se informará cuando se produzcan novedades...
En Aliaga (Teruel), como en otras muchísimas localidades de la “piel de toro”, hay un reloj en la torre parroquial y las horas suenan mediante el tañido de las campanas tanto de día como de noche. Suenan las horas, que se repiten, y las medias horas. El sonido llega a todo el núcleo urbano y a algunos lugares con intensidad. Siempre ha sido así, pero resulta que por primera vez se oyen algunas voces discordantes que reclaman, todavía en voz baja y mirando con recelo a un lado y a otro, que se silencien dichas campanadas para que el descanso, sobre todo nocturno, sea más sosegado y placentero. Lo curioso del caso es que el reloj colgado de la torre lleva varios años estropeado marcando indefectiblemente las seis...Hora un tanto prosaica, por cierto.
Para comprobar hasta qué punto este tema provoca preocupación o indiferencia colocamos el PULSÓMETRO en los “Porches de Correos” y hacemos la pregunta pertinente a los que acuden por allí mediante una selección sociológica medianamente representativa:
¿Qué opina-s del tañido de las campanas para dar las horas durante el día y la noche?
De las diferentes respuestas, seleccionamos las más repetidas y, por ende, más representativas:
1.- ADOLESCENTE: “Me la trae floja y me la suda. Yo duermo como un lirón y ni me entero”
2.- PERSONA MAYOR QUE VIVE EN EL PUEBLO: “Me parece muy bien. Siempre ha sido así y no tiene por qué cambiarse. Forma parte de la tradición y de la identidad de este pueblo. Para muchos las campanas hacen las veces de despertador y si no suenan las echamos en falta. Los que están en contra no son del pueblo, se trata de veraneantes que no tienen ningún derecho a meterse donde no les llaman. Si no les gustan, ya saben lo que tienen que hacer...”
3.- PERSONA NACIDA EN EL PUEBLO, PERO QUE VIVE EN UNA CAPITAL: “Se podría complacer a todos mediante una decisión salomónica: que callen las campanadas por la noche y que suenen durante el día...”
4.- VERANEANTE: “Las campanadas son un incordio. Tenían sentido cuando la mayoría de la gente trabajaba en el campo y carecía de reloj. Hoy, en el siglo XXI, no tienen razón de ser. Molestan y no dejan dormir con tranquilidad”.
Como puede observarse, el resultado muestra un abanico de respuestas que podría darse idéntico ante infinidad de propuestas de opinión: el pasota, el conservador guardián de las tradiciones, el conciliador que nada entre dos aguas, el innovador o rupturista....Casi todos.
De momento, así están las cosas. Se informará cuando se produzcan novedades...
Mmmmmmm...quien no duerme, no va a dormir por las campanas, por el viento, por la lluvia, porque ladra el perro y porque ronca el compañero (qué molesto esto, no?...mucho más que las campanas).
ResponderEliminarNo sé yo...será que estoy transitando la adolescencia? o que las seis es una hora muy prosaica y casi odiada, aunque en vez de campanas me suene Bob Marley?
Esperamos las novedades...
Besitos de buenas noches...din don
Hola! Y tú que piensas al respecto?
ResponderEliminarEs un tema de difícil definición, todos tienen su razón no?
Un abrazo
YO NO SOY SOSPECHOSO DE SER UN MEAPILAS, PERO LAS CAMPANAS ESTABAN ANTES QUE LOS VERANEANTES SEGURO.
ResponderEliminarES UNA DE LAS POCAS COSAS QUE ME GUSTAN DE LA IGLESIA, EL ARTE BARROCO, LAS CAMPANAS Y ALGUNOS EDIFICIOS.
SALUD CIUDADANO.
Pues a mí me encantan las campanas, aunque me despierten cuando voy a algún sitio donde las tocan. Prefiero despertarme con una campana que con la sirena de una ambulancia o de los bomberos, como me pasa en mi casa.
ResponderEliminarCreo que son de las pocas cosas que van quedando del pasado y me parecería una solemne tontería que las quitasen sólo porque a unos pocos les molestan... Yo les diría como en el pueblo de Gila: "Si no aguantan las campanas, que se vayan del pueblo" no???
Besos, Luis
Hermoso McGuffin*, Luis Antonio que refleja a la perfección las diferentes personalidades que se dan cita en cualquier pueblo veraniego cuando llega el estío.
ResponderEliminarTrátese de campanas, de las terrazas de plastico en la Plaza Mayor o de la presencia de una playa nudista al otro lado del acantilado.
Respecto a las campanas he de decir que tengo el sueño ligero.
("MacGuffin es una expresión acuñada por Alfred Hitchcock y que designa a una excusa argumental que motiva a los personajes y al desarrollo de una historia, y que en realidad carece de relevancia por sí misma" WIKIPEDIA)
Es lógica la disparidad de opiniones. Cada uno tiene su propia sensibilidad. Por ejemplo, a mi mujer le encantan las campanas y más aún el campanico de la Virgen de la Zarza; a mí, en cambio, me incomodan un poco, pero como soy veraneante ocasional, tampoco me encrespan...
ResponderEliminarSaludos cordiales al pueblo de Aliaga
Yo me quedo con la voluntad y el respeto que merecen todos los que viven durante todo el año en Aliaga, que decidan ellos.
ResponderEliminarEl sábado voy a mi pueblo, para dos semanitas. Respiraré ambientillo turolense.
Felicidades por tus dos entradas anteriores.
Un fuerte abrazo. Etel.
Pero... pero, pero,...¡ni se os ocurra sacar ese sonido maravilloso XDD!!
ResponderEliminarLas campanas, como los Gongs budistas, son algo más que un reloj, sin duda!
Yo vivo muy cerca de la Iglesia,aquí en mi pueblo, y es algo que echaría muchísimo a faltar, si se suprimiera.
En fin, ojalá, gane el si.
Besos Luis A.
Las campanadas de los relojes de los pueblos son uno de los múltiples encantos de estos lugares en peligro de extinción. Por favor, que no dejen de sonar...
ResponderEliminarBesitos, Luís Antonio.
Me parece que deberiáis volver a colocar el pulsómetro acabado el verano... por contrastar...
ResponderEliminarA mi no me gustan las campanas... me encantan!
Besos!!!
A veces me molestan, sobre todo cuando repiten las horas, pero estoy seguro de que las echaría a faltar si callasen.
ResponderEliminarUn aliaguense joven
Hola! acabo de llegar a tu blog, y con tu permiso opinaré ^^
ResponderEliminarPara hacer las cosas bien tendrían que hacer una votación entre los censados, aunque esas cosas nunca se hacen, pero bueno... de todos modos ¿es solo cosa mía o siempre protestan los 'de fuera'? No se, como decían por arriba ¿quién estaba antes el campanario o los veraneantes?
Un saludo desde Alcañiz :D
A MARACUYÁ:
ResponderEliminarY quien duerme bien, seguro que no se altera. Estoy de acuerdo contigo. Tu “din don” suena a música celestial. Que no cese...
A COLO:
Te prometo que al final de estos comentarios me defino...
Otro abrazo y gracias por tu visita, Colo
A GROUCHO:
Y el románico y el gótico y tantas cosas más. Ser “meapilas” no significa estar ciego ni sordo.
Salud y República, Groucho...
A NOCIA DALILA:
A mí me gustan las campanas que tocan a “Fiesta Mayor”... y las de tu convento.
Besos, Novicia
AL DR. KRAPP:
ResponderEliminarGracias por enseñarme qué es un “McGuffin”. Lo ignoraba.
Si tienes el sueño ligero, no bastará con silenciar sólo las campanas...
Un cordial saludo
A P. F. (Veraneante):
Pues si a tu mujer le gustan las campanas, ya sabes lo que te toca. El sonido del campanico de la Virgen de la Zarza suena tan pocas veces y es tan dulce que se echa a faltar...
Saludos cordiales
A ETEL:
Unos van al pueblo y otros ya han vuelto... Espero que te sacies de ese aroma para asumir el próximo curso con energías renovadas.
Gracias por tus palabras y otro abrazo aún más fuerte para ti, Etel
A CRISTAL00K:
Está ganando el sí por goleada. Los habituales del pueblo, si leyeran estos comentarios, se alegrarían...
¿Vives en un pueblo? No me aclaro contigo...Pensaba que vivías en la ciudad condal...
Besos, Cristal...
A BORRAESO:
ResponderEliminarPues si a ti te gustan y encantan las campanas, no hay más de qué hablar...
Has calentado el “Pulsómetro” con tus toques...
Más besos
A ANÓNIMO:
Cuando repiten las horas a las seis de la mañana no es que hagan mucha gracia, ¿verdad? Pero los jóvenes acostumbráis a dormir como marmotas, ¿no?
Saludos cordiales,
A REHTSE:
Qué alegría que una alcañizana se acerque por estos lares. El domingo pasado estuve comiendo en “El Meseguer”...muy bien, por cierto.
Tu opinión es bienvenida y merece todas las consideraciones porque es muy sensata.
Un saludo afectuoso desde Barcelona de un nacido en un pueblo, en ciero modo, rival del tuyo...En fútbol siempre ha tenido más nivel...el mío.
MI OPINIÓN:
ResponderEliminarSalvo cuando las oigo a a ciertas horas de la madrugada - cosa excepcional - pienso que la cuestión de mantener o no el toque de las horas sólo compete a los que viven habitualmente en Aliaga. Los que lo hacemos ocasionalmente tenemos todo el derecho a opinar, pero nada más...
También creo que es un patrimonio del pueblo, como de tantos otros, que hay que preservar.
Es evidente que el SÍ A LAS CAMPANADAS ha ganado por goleada...
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