Aprender a escuchar es un gran mérito que está muy poco reconocido. Escuchar no es solo estar en silencio mientras la otra persona se expresa, es compartir un tiempo de atención, de conexión y vínculo:
"Estoy presente escuchando lo que me dices, lo que te pasa, lo que me pides, lo que sueñas, lo que quieres que se sepa".
Escuchar no es consentir, ni asentir a todo lo que se nos comparte, pues tenemos criterio propio y opiniones diversas que podemos poner de manifiesto.
Somos un
ResponderEliminarPaís de
"enteraos",
que creemos
saberlo todo,
quién escucha
a quien
entonces? .
Hay quien ha enseñado a escuchar y hay quien ha aprendido a escuchar. Los caminos de los aprendizajes son variados y complejos. ¿Tendría acaso que haber alguna asignatura de aprender a escuchar? Es una de esas artes que se aprenden en el seno familiar o no se aprende. Pero luego está la manera de ser de cada cual, su mundo emocional, su modo de adecuarse . Hoy se oye mucho pero se escucha poco.
ResponderEliminarHay tanto estruendo y distracción que no deja oír a quien te pueda enseñar a escuchar. Reduzco en enunciado y me pregunto: ¿POR QUÉ NO NOS ENSEÑAN?
ResponderEliminarSaludos