Corrijo (qué osado por mi parte) a Monsieur de Montaigne: unas veces un porcentaje mayor para el emisor y menor para el receptor. Y en tantas ocasiones casi el cien por cien para quien las pronuncia y cero para quiene las recibe. ¿O no? Pero seguramente Monsieur de la Montaigne, que tanto me gusta, tendrá más razón que yo, si bien yo soy más viejo que él en su día, ¿o tampoco?
Corrijo (qué osado por mi parte) a Monsieur de Montaigne: unas veces un porcentaje mayor para el emisor y menor para el receptor. Y en tantas ocasiones casi el cien por cien para quien las pronuncia y cero para quiene las recibe. ¿O no? Pero seguramente Monsieur de la Montaigne, que tanto me gusta, tendrá más razón que yo, si bien yo soy más viejo que él en su día, ¿o tampoco?
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EliminarEl texto pretende provocar debate, diálogo...sobre dicho tema. Gracias por colaborar.
Los Ensayos de Montaigne siempre me acompañan.
ResponderEliminarLa palabra es comunicación y esta sólo es posible cuando hay un emisor y un receptor.
Saludos.
Buena compañía...Francesc
EliminarCreo q as palabras se las lleva el viento y son siempre de quién las recibe, germinan y permite q florezcan dentro de él ; ) Un beso !
ResponderEliminarEstupenda y poética aportación, estimada María. Muchas gracias y un abrazo
Eliminar¿Y hasta dónde y hasta quién llegarán si se las lleva el viento?
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me ha llegado alguna y tenía resonancias angellicales.
EliminarAbrazos, estimada Sara
No veo que las palabras sean tan primaverales como las ven otros, más bien como bumerán.
ResponderEliminarCada uno las ve como quiere o como puede. Tu visión me parece muy respetable.
EliminarSaludos cordiales