SED DE AGUA Y "ARTE EN LA CALLE"

He salido de casa con sed de agua. La llovizna incipiente me daba buenos presagios. Sin paraguas, dispuesto a empaparme de ese don tan escaso y preciado, mi ánimo estaba predispuesto a recibir el agua a manos llenas. Al llegar “als Jardinets de Gràcia”, la lluvia se había esfumado arrinconada por un sol insultante. Los surtidores del estanque siguen cerrados y el agua, sucia. Otros estanques, sin agua, aún deprimen más. Ya hace meses que todas las fuentes con surtidores de Barcelona están inactivas. La lluvia de los pasados días ha incrementado el caudal de los embalses hasta el 30 % de su capacidad. El temor a las restricciones se retrasa unas semanas. Confío que el cielo sea más piadoso porque si hay que esperar solidaridad de los demás, incluso de los más próximos, estamos listos. Cambio de tema para no caer en incoherencias con lo que días pasados decía sobre los que se quejan mucho. Pero que conste que este lamento es coyuntural... Pronto acabarán las obras de la desaladora de El Prat, la más grande de Europa, dicen –sin contar Israel- y se suavizarán los problemas. Creo.

Al llegar a la Rambla de Catalunya me la encuentro convertida en una sala de exposiciones al aire libre. Se trata de las esculturas de Manolo Valdés, pintor y escultor valenciano que actualmente reside en Nueva York. La exposición cuenta con 17 esculturas monumentales, hechas a base de hierro y bronce, muchas de ellas creadas especialmente para este proyecto. Están ubicadas en el tramo de Rambla de Catalunya que se encuentra entre las calles de Gran Vía y Aragó. La mayoría de las obras son enormes cabezas con singulares peinados, una interpretación personal del género del retrato. Tan sólo una de las esculturas aparece de cuerpo entero: una versión –siglo XXI- de Las Meninas de Velázquez. Otras piezas están muy relacionadas con grandes temas y motivos de la historia del arte, como la Gran Odalisca o la Dama de Elche

El programa de “Arte en la calle” no acaba aquí. Con esta iniciativa, la Obra Social de “la Caixa” quiere acercar el arte a la sociedad, y en especial a aquellas personas que no suelen visitar salas de arte. La próxima exposición itinerante será del artista francés Auguste Rodin.

No puedo evitar comparar la nueva versión de Las Meninas con la original de Velázquez. Sobre esta obra se han dicho los calificativos más elogiosos: “la teología de la pintura” por reunir de un solo golpe todas las virtudes posibles en el arte pictórico; “no hay cuadro alguno que nos haga olvidar éste”... O Teophìle Gautier, que cuando se lo enseñaron, se quedó tan maravillado por la naturalidad y realismo de lo representado que exclamó : "pero... ¿dónde está el cuadro?". Sencillamente, es una de las cumbres de la pintura universal, muy imitada posteriormente y admirada por todos. Velázquez la pintó en 1.656.

Trato de hacer una lectura contemporánea de la nueva versión de Las Meninas de Manolo Valdés y no se me ocurre nada. Confieso que el arte de vanguardia me desorienta mucho. Velázquez llegó tan lejos, que los posteriores recreadores de su obra no han hecho más que agrandar su talento. El de Velázquez, claro.